Requisitos para entrar al esmad
La formación de los integrantes del Esmad prevee un protocolo al momento de intervenir en una protesta, el Subintendente, José Rivera, explica cuál es el procedimiento.
¿Será que se cumple?
Requisitos para entrar al esmad
La formación de los integrantes del Esmad prevee un protocolo al momento de intervenir en una protesta, el Subintendente, José Rivera, explica cuál es el procedimiento.
¿Será que se cumple?
Requisitos para entrar al esmad
La formación de los integrantes del Esmad prevee un protocolo al momento de intervenir en una protesta, el Subintendente, José Rivera, explica cuál es el procedimiento.
¿Será que se cumple?
Requisitos para entrar al esmad
La formación de los integrantes del Esmad prevee un protocolo al momento de intervenir en una protesta, el Subintendente, José Rivera, explica cuál es el procedimiento.
¿Será que se cumple?
Requisitos para entrar al esmad
La formación de los integrantes del Esmad prevee un protocolo al momento de intervenir en una protesta, el Subintendente, José Rivera, explica cuál es el procedimiento.
¿Será que se cumple?
Requisitos para entrar al esmad
La formación de los integrantes del Esmad prevee un protocolo al momento de intervenir en una protesta, el Subintendente, José Rivera, explica cuál es el procedimiento.
¿Será que se cumple?
Fuente: Subintendente del Esmad, José Fernando Rivera.
Requisitos para entrar al esmad
Fuente: Subintendente del Esmad, José Fernando Rivera.
La formación de los integrantes del Esmad prevee un protocolo al momento de intervenir en una protesta, el Subintendente, José Rivera, explica cuál es el procedimiento.
¿Será que se cumple?
La formación de los integrantes del Esmad prevee un protocolo al momento de intervenir en una protesta, el Subintendente, José Rivera, explica cuál es el procedimiento.
¿Será que se cumple?
¿Cómo debería intervenir el Esmad?
Nos enseñaron los tipos de armas que tienen permitido manejar según el Código de la Policía. Después de una larga charla, por fin vendría la acción, lo que había esperado por horas e incluso días, ya había empezado.
La risa que no da risa*
Los nervios le juegan una mala pasada a la memoria, ya se me habían olvidado los gases que utilizaríamos, solo recordaba cómo respirar. En ese momento solo recordaba cómo se debía respirar.
Caminamos cerca de 15 minutos por una pendiente, en un camino lleno de árboles y como la luz al final del túnel, ahí estaba el campo de batalla. Enfiladas estaban las bolsas que contenían la armadura que nos protegería.
En 5 minutos teníamos que estar vestidos y ya haber conformado los equipos. La zona de obstáculos tiene unas llantas viejas, tenemos que correr a través de ellas. Aún no ha empezado el tormento y nos gritan: “Ven que no es tan fácil como creen”. La parte más tormentosa es la cortina de gas, que técnicamente no es gas. Es un sólido micro pulverizado, que al contacto con un explosivo que lo quema, causa una neblina intensa. Pero si produce nauseas, mareos, tos, ardor en los ojos y pánico que se traduce en huir. Salir no es sencillo, los comandantes no permiten que el escuadrón salga de la nube.
Sin avisar, pasa por cada uno de los puestos, y como si estuviésemos en una cata de vinos, nos invita a oler ‘la risa que no da risa’. Para ellos es normal, pero en mí, causa desespero. Además, controlar las emociones es casi imposible. Quiero volver a casa.
Ponerse en la armadura de los integrantes del Esmad me hizo entender que tienen una obligación y responsabilidad con la patria. No se puede juzgar a alguien cuando sencillamente está trabajando.
Por: Juan Benjumea.
Esmad, un trabajo pesado desde el uniforme
22 libras cubren mi cuerpo, no alcanzo a dar más de 5 pasos con esa “armadura” que utilizan a diario los integrantes del Esmad y en la que respirar es casi imposible. Vivir esto en carne pone en entredicho mi percepción sobre el escuadrón.
Inquieto y temeroso, veía como se preparaban mis compañeros para empezar el entrenamiento. Era aquí, donde esa anhelada capacitación del Esmad, que tanto esperé y de la que tanto me hablaron, había llegado. Quería vivir en carne y hueso lo que los conocidos “robocops”, como los llama la sociedad viven a diario.
Estábamos en la sede del Esmad en el barrio de la localidad de Los Mártires. La espesa neblina no nos dejaba ver más allá. Más de 3000 policías le llaman hogar a un edificio de no más de 4 pisos, con fachadas teñidas de color rojo y rodeado de talleres.
Empezaba a aclarar el día cuando salimos de la sede del Esmad, llevábamos 2 horas de viaje, nos dirigíamos hacia el municipio de Facatativá donde se encuentra la Escuela Nacional de Carabineros. Este es el espacio perfecto para formar policías en sus aulas de clase. En aquel lugar, empezaría uno de los días más difíciles para un periodista en formación.
La academia primero
José Fernando Rivera Zelandia, Subintendente e instructor del Esmad, es el encargado de formar a los aspirantes. Rivera, nos recibía como si fuéramos unos alféreces más, indicándonos con voz militar las reglas de juego durante la estadía.
El sol apenas se asomaba cuando esto ya daba inicio, me encontraba al frente. Nos explicaron el paso a paso de la jornada. Como una alerta, muestran un video donde se ven las dificultades de los entrenamientos. Pero lo peor, vendría después. Nos mostraron imágenes tan fuertes que en cualquier otro escenario podrían ser censuradas: policías mutilados, heridas desmesuradas en las extremidades de los policías y todas ocasionadas por un machete. El arrepentimiento invadió mi cuerpo y mente. No me sentía en el lugar indicado.